Tus dientes hurgando lo muerto
tus manos violadas por la calle
sudadas, jadeando hambre.
Las mías contra el pecho apretadas
protegiendo el pecho, oprimidas
en cruz sobre mi gran pecho.
Morder es cosa de siempre
aunque las bolsas sean negras
y el desecho el tesoro
No sentimos culpa
no sentimos responsabilidad
los vemos desatar
Morder es cosa de siempre
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