Pero hay un hilo conductor
que
se suelta solo
por el puedo mecerme
y
b
a
j
a
r
cuando me siento
inmóvil
Pero hay un hilo conductor
que
se suelta solo
por el puedo mecerme
y
b
a
j
a
r
cuando me siento
inmóvil
hay dos hilos
que se tienden
cuando estamos solos
s e
ttttttttttttttt
eeeeeeeeeeeeee
jjjjjjjjjjjjjjj
eeeeeeeeeee
nnnnnnn
y vos y yo
podemos
entramarnos
Hay un hilo conductor
que se tendió antes
que la boca desollara
las últimas canciones
se enhebró entre silbidos
antes que desemboque
en los primeros alaridos
hay un hilo conductor
que agravó los sentidos
enhebró nariz-ojos-cejas
frunciendo de una vez
hacia el centro
Áspera visiblemente
aguda al tacto
la parte ceñida
rugosa y violenta
porque este recorrido
lo saben los dedos
asidos del único hueso
posible de tomar
desesperados intuyen
la muerte del rostro
pero no hay fisuras
tampoco traumas
hay tensiones cosidas
Este zurcido oculta algo
Estos hilos contienen los espasmos
y no hacen nada, insípidos, los orificios
hundidos.
“El mundo de los objetos es impresionante. Cada uno de ellos prefiere aceptar que su inmovilidad es falsa. Persuaden hasta lograr que la mano, por ejemplo, alcance su forma o su tamaño o su apariencia. Pero su inmovilidad no es cierta. El mundo de los objetos causa impresión, dolor, temor, compresión:
- Una vez una tiza azul se partió en la pizarra y mi mano escribió sobre el diente que apoyó su filo al caer sobre mi mano.”
Cuando las hojas rozaban el cuerpo
todo era más simple
incluso la complejidad
de estar juntos
si tu mirada
me perteneciera siempre
y no por momentos
y casi por casualidad
era el aire
las manos sin pudor, esos versos sin cesura
luz de aquella primavera, miel sin sabor
sensaciones sin sentido, flores sin color
la oscuridad lo reflejaba.
Entonces la noche
para que no lo veas
[a] laura
[b] aun te recuerdo
[c] frecuentemente