Cuando su presencia me cautivó sentí que pasaba como las nubes de entonces. Era verano: bellos cúmulos superpuestos aunque viajeros. Enormes sombras blancas muy altas.
Le envié una señal en diferido y ella contestó. Mandé una señal como quien se detiene a izar el paraguas mientras comienza a lloviznar.
Renuncié a cazar céfiros.